Después de que me di cuenta, que mi relación me hacía daño y no tenía futuro, decidí ser feliz.
Y debo reconocer que no me arrepiento de la relación que tuve, es más no me arrepiento de ninguna de mis relaciones que hayan terminado mal. A pesar de que fui engañada y utilizada, cada experiencia me llevó a donde estoy ahora, a una estabilidad emocional y a amarme más que nunca.
Tengo la claridad de lo que quiero y no en mi vida y en mis relaciones, a cuando decir basta y soltar y cuando luchar un poquito más.
No soy una afortunada del amor (en el juego menos, por si se lo preguntaban) cada vez que he entregado el corazón, me lo han devuelto hecho añicos. Pero cada vez que me toca reconstruirlo, aprendo más de mi, de lo fuerte que puedo ser y como con cada reconstrucción mi corazón va agarrando fuerza, si, aunque suene extraño.
No voy a mentir y decir que no tengo miedo a amar nuevamente, porque es probable que me vuelvan a fallar, pero correré el riesgo, porque hay algo que ya nunca nadie podrá volver a quitarme, que es el inmenso amor que tengo por mí misma.
En este tiempo me he reencontrado conmigo y he hecho las paces( debo reconocer que no ha sido fácil) ya no me odio por ser ilusa y ya no miro con desprecio mi cuerpo, ya no me culpo por vivir como a mi me de la gana y he dejado de escuchar a los envidiosos que se hacen llamar amigos. He pasado tanto tiempo conmigo, que ya me caigo bien, me he dedicado a complacerme en cada ámbito que he podido, me he dedicado a hacerme inmensamente feliz y es así como quiero que sea para siempre.
Agradezco el daño, que me ha llevado a ser lo que soy hoy en día.
Lucy.