martes, 11 de marzo de 2014

Rincón de Lucy: Entre lo que quiero, puedo y debo ser

Con esto de que salió una nueva "Barbie" con medidas más reales, de las que tenía la "original", no pude evitar pensar en mí, mi cuerpo, mis medidas, en lo que mi madre me dice que debo hacer para ser más delgada, en lo que la sociedad me dice como debo ser, en lo que yo quiero ser y en lo que en realidad puedo.
Creo que varias de nosotras crecimos con cierto modelo de perfección (Barbies, Miss Universo, modelos, animadoras de tv, etc.) todas nos imaginamos como seríamos cuando fuésemos grandes, que debíamos ser 90, 60, 90 y medir mínimo 1.75 cm, para ser perfectas. Vimos en la televisión a mujeres estupendas, hermosas y prósperas, nos mostraban que con nuestro físico podíamos obtener lo que quisieramos. Al menos yo crecí con eso. Recuerdo que cuando tenía unos 7 años quería cambiar mi nombre a Caroline (En alguna parte vi a una chica despampanante, rubia y hermosa con ese nombre) porque creía que si cambiaba mi nombre de la noche a la mañana mi cabello negro y piel morena se transformarían, si se piensa bien, era una idea bastante idiota, pero a mis 7 años de edad tenía perfectamente claro a que debía aspirar en aspecto físico.
Mi frustración fue bastante grande a medida que iba creciendo, notaba como distaba de ser como aquellas "mujeres perfectas". Reconozco que  mi autoestima arrastraba tras de mí ¿Por qué yo no podía ser como la chica de la tele? Hacía dietas, ejercicios, etc.. pero por más que lo intentaba, no lo conseguía. Lloraba, porque me decían gorda, fue una época muy triste.
Me costó mucho comprender que no podía ser Britney (ícono en mi época) o cualquiera de las grandes celebridades. Mi contextura no me lo permitía, yo tenía pechos grandes y muslos contundentes!!!... eso no encajaba con mi idea de belleza. Jamás me enseñaron que cada mujer es única, que cada belleza es diferente, que los cuerpos no son todos iguales y que aceptarlo es lo más sano, para poder amarte. Me costó amarme, me costó querer mi rollito en la cintura o mi piel morena, me costó tratar de dejar de buscar esa belleza falsa, comprender que se es más que un cuerpo (y es que aunque uno lo diga, siempre está acechándote ese bichito de que no eres hermosa) y que las medidas de tu cuerpo no deben condicionar tu vida.

Ámate, respétate y acéptate, cuesta lo sé, lo viví en carne propia, pero si no lo haces, nadie más lo hará por ti.


Lucy