No saco cuentas de lo que hice, ni de lo
bueno ni de lo malo, no pienso en lo que tengo pendiente, hoy no, hoy solo
quiero ver hacia adelante, dejar de lado siquiera por un momento, aquello que
quedó o que aún está pendiente, y aquello que debo seguir, lo que debo atender
o lo que debo dejar.
No pienso en lo que me dañó o si acaso
alguna vez herí a alguien, por algo será, por algo me dejé llevar, por algo
–seguro- dejé que me dañaran y cuando dañé lo hice sin pretender, por algo la
vida pasó y fue dejando a su paso infortunios y aciertos, algunos los acepté y
otros no, es la vida, la vida que sigue sin parar.
Sé que amé mucho y quizás aún haya alguien
esperando a que lo ame, sé que me amaron aunque no siempre correspondí a aquel
amor y sé que alguna vez tuve un amor gratamente correspondido, sé que amé a
quien no debí y que quien no debió alguna vez me amó, y tal vez llegue alguien
más o tal vez ya no tenga a quien amar, no lo sé.
Y tuve grandes amores, pequeños amores,
amores furtivos, errados, amores intensos, correspondidos, olvidados, de esos
que se recuerdan con ternura, con cariño, aquellos que aún se sienten con
rencor, aquellos que solo recuerdan la pasión, aquellos envueltos en locura,
aquellos que fueron solo quimeras, aquellos dañinos e insanos y por supuesto un
único y gran amor.
Me pregunto quién no ha amado alguna vez,
tal vez con calma, paz, sosiego y serenidad, o acaso con pasión, con furia,
locura y desesperación, quién no entregó el corazón a cambio de nada y dio todo
sin esperar algo por ello, o quien recibió tanto sin esperarlo, llegó a sus
manos y no supo qué hacer con aquello, tal vez lo dejó ir, tal vez lo tomó, tal
vez no supo resguardarlo y cuando quiso retenerlo simplemente lo perdió.
Entonces miramos atrás, a lo que hicimos, o
lo que omitimos, y nos empeñamos en recuperar aquello que una vez tuvimos, que
acariciamos, que sentimos pero que no valoramos, eso que hoy necesitamos y que
se nos escapó por entre los dedos como si fuese un torrente de agua, y por más
que intentemos se convierte solo en nada.
Momentos felices, risas, sonrisas
infantiles dibujadas en el rostro intentando contener ratos amargos, disipando
lo malo, tratando de convertir los buenos momentos en eternos, una caricia, un
beso, un abrazo sincero, cuántas veces lo queremos y no lo tenemos, y al
recordar a quien alguna vez nos lo dio nuevamente se dibuja en el rostro un
gesto de felicidad, de alegría que no es eterna, sino muchas veces pasajera.
Ratos tristes, penas, pesares, lágrimas
ahogando las palabras, momentos eternos que queremos que lleguen a su fin, por
algo que quisimos, por alguien que se fue, por un amor no correspondido, por
amores inconclusos y prohibidos, y mirando tras el umbral la vida sigue
pasando, de prisa muchas veces, aturdida, descontrolada, avasallando, midiendo
el tiempo, los sentimientos, pero continúa su marcha sin esperar que la
alcancemos y corremos tras ella, en vano muchas veces.
Cuantos mañanas aún nos esperan, cuantos
ayeres resguardan nuestros haberes, más sólo un hoy nos acompaña, un momento
que muchas veces quisiéramos que fuese eterno, que no culmine que no se
convierta en ayer y que no alcance el mañana, que nos permita disfrutar lo que
tenemos ahora sin evocar los recuerdos, sin vaticinar el mañana.
Cada cosa que nos pasa, buena o mala,
siempre es por algo, todos nuestros actos son recompensados o acaso cobrados en
el transcurrir de la vida, por ello es bueno recordar todo lo que hicimos,
sobretodo si herimos, si dañamos, que más da, es la vida y somos solo actores
con distintos roles asumidos, muchas veces sin querer tomamos lo que tenemos
enfrente y no pensamos en lo que vendrá o en lo que dejará.
Lo que pueda decir o hacer será un mañana o
lo que dije o hice ya quedó en el ayer y hoy solo queda mirar la vida, tomarle
la mano, seguir el camino trazado, con curvas, con caminos sinuosos y áridos,
pisando tierras fértiles, apacibles y cálidas, lo que nos deje, por donde nos
lleve.
Hoy solo pensaba en lo que es la vida, en
lo que me dejó, en lo que me traerá, en lo que quedó en el ayer y lo que traerá
mañana, la vida que pasa, que sigue sin parar, la que muchas veces me acompaña
y otras simplemente no sé que me depara.
Soy feliz, con lo poco o mucho que tengo,
con las penas y alegrías, con los amores y desamores, con los aciertos y
errores, con cada paso que doy, cuando me caigo pero sobre todo cuando me
levanto, y aunque a veces duela, sigo viviendo, tengo la oportunidad de
hacerlo, la vida eso me da.
Y pienso en qué más vendrá, y sí, sé lo que
quiero: sé que estoy dispuesta a amar y dejar que me amen, y sé que aún tengo
mucho para entregar, y si eres ‘tú’ a quien debo amar pues me entregaré y te
daré aquello que alguna vez no pude cristalizar, y todo será sincero y todo
será real, y si eres ‘tú’ te querré, te respetaré… simplemente te amaré.